La contabilización de las operaciones en moneda extranjera y su conversión en moneda funcional

La contabilización de las operaciones en moneda extranjera y su conversión en moneda funcional

Cada vez se realizan más transacciones en moneda extranjera, fruto del constante incremento de las exportaciones y el elevado volumen de importaciones que se realizan en nuestro país. Según las últimas noticias publicadas por el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad, las exportaciones españolas de mercancías aumentaron un 1,6% entre enero y noviembre de 2016 respecto a los mismos meses de 2015, hasta alcanzar los 233.798 millones de euros, máximo histórico de la serie para este periodo. Por su parte, las importaciones sumaron 250.106 millones de euros.

Es importante destacar que las exportaciones españolas evolucionaron mejor que en la zona euro y la Unión Europea, y que las empresas exportadoras mejoraron sus expectativas de aumento de las ventas exteriores en el cuatro trimestre de 2016.

La contabilización de operaciones en moneda extranjera es pues una tarea rutinaria para muchas empresas, según el ICEX en 2015 la cifra de empresas exportadoras alcanzó las 147.378, de las cuales 47.782 lo hacía regularmente.

La demanda de profesionales con conocimientos de contabilidad avanzada, que sean capaces de realizar la contabilización de las operaciones en moneda extranjera y su conversión en moneda funcional, cuando la presentación de las cuentas anuales sea en unidad distinta al euro, es una constante de las empresas tanto exportadoras como importadoras.

¿Qué es la moneda funcional?

La moneda funcional es aquella en la que no se soporta riesgo de tipo de cambio y en la que la empresa genera y emplea la mayor parte de su efectivo.

Según el Plan General de Contabilidad (PGC), aprobado por el Real Decreto 1514/2007, de 16 de noviembre, la moneda o monedas funcionales de una empresa española pueden ser distintas del euro, como por ejemplo, en el caso de sucursales radicadas en el extranjero y de sociedades radicadas en España, cuando la moneda en la que genera y emplea la mayor parte de su efectivo sea distinta del euro. En este sentido nuestro Plan Contable está alineado con las Normas Internacionales de Contabilidad (NIC), ya que según la NIC 21 las empresas pueden presentar sus estados financieros en una moneda extranjera, prescribiendo con esta norma la manera de incorporar, en los estados financieros de una entidad, las transacciones en moneda extranjera y los negocios en el extranjero. Los principales problemas que se presentan son el tipo o tipos de cambio a utilizar, así como la manera de informar sobre los efectos de las variaciones en los tipos de cambio dentro de los estados financieros.

La moneda funcional es, por lo tanto, la del entorno principal en el que opera la empresa, presumiéndose que para las empresas radicadas en España dicha moneda es el euro.

Una vez definida la moneda funcional no se cambiará a menos que se produzca un cambio en tales transacciones, sucesos y condiciones.

¿Qué tratamiento le da el Plan General de Contabilidad a las operaciones realizadas en moneda extranjera?

El tratamiento de las operaciones realizadas en moneda extranjera viene recogido en la norma 11.ª del PGC 07, en donde se indica que las transacciones en moneda extranjera son aquellas cuyo importe se determina o se exige su liquidación en una moneda distinta de la funcional.

En las cuentas en divisas, las operaciones se realizaran en la divisa en la que se ha abierto dicha cuenta, siendo esta distinta de la funcional, por lo que es necesario convertir las operaciones que se carguen o abonen en dicha cuenta a la moneda funcional, aplicando al importe en moneda extranjera el tipo de cambio de contado, es decir, el tipo de cambio utilizado en las transacciones con entrega inmediata, entre ambas monedas, en la fecha de la transacción entendida como aquella en la que se cumplan los requisitos para su reconocimiento.

Otra opción que incluye el PGC es aplicar un tipo de cambio medio de un periodo (como máximo mensual) para todas las operaciones que se realicen en dicho intervalo en la misma moneda, siempre y cuando el tipo de cambio no haya sufrido variaciones significativas durante el periodo de tiempo considerado.

Al cierre del ejercicio las partidas monetarias en moneda extranjera se valorarán aplicando el tipo de cambio de cierre vigente en dicha fecha, entendiendo este como el cambio medio de contado en esa fecha, trasladándose las diferencias de cambio, tanto positivas como negativas, que se pongan de manifiesto al realizar esta nueva valoración a la cuenta de pérdidas y ganancias.

Las diferencias que se produzcan como consecuencia de las modificaciones en el tipo de cambio se contabilizarán a la cuenta Diferencias negativas de cambio (668) si se producen pérdidas por modificaciones del tipo de cambio en partidas monetarias denominadas en moneda distinta de la funcional, o a la cuenta Diferencias positivas de cambio (768) por los beneficios producidos por modificaciones del tipo de cambio.

La contabilización de las operaciones en moneda extranjera es una tarea compleja, pero con gran demanda, debido a la creciente internacionalización de las empresas españolas, por lo que el CEF.- pone a disposición de los interesados el Máster en Dirección y Gestión Contable donde además de conocer todo lo relativo a la contabilización de las operaciones en moneda extranjera, se adquieren los conocimientos necesarios para la adecuada dirección y supervisión de un departamento contable y de administración.

José Ramón Fernández de la Cigoña Fraga
Director Administrativo y Financiero (CFO)

 

 

La contabilización de las operaciones en moneda extranjera y su conversión en moneda funcional