Brexit: 7 puntos clave a tener en cuenta por la dirección financiera

brexit

El próximo 29 de marzo el Reino Unido saldrá de la Unión Europea, sin que por el momento los políticos de ambas partes hayan conseguido cerrar un acuerdo que sea aprobado por ambas partes, por lo que el escenario de un Brexit duro es cada vez más probable. En este contexto, el área financiera de las empresas será una de las más afectadas.

Si bien, la extensión del artículo 50 del Tratado de la Unión Europea, es un salvavidas que Jean-Claude Junker le ha ofrecido a la primera ministra británica Theresa May, si esta lo solicita, a día de hoy no hay acuerdo alguno, ni garantía de que lo vaya a haber.

El artículo 50 establece como los estados miembros pueden salir de la Unión Europea y se activó por primera y única vez por el Reino Unido el 29 de marzo de 2017. En él se establece un plazo de dos años para abandonar la Unión Europea, prorrogables por mutuo acuerdo, para concluir las negociaciones. En el caso de que finalmente no exista acuerdo, ni prorroga, las reglas sobre el comercio y aranceles entre el Estado que se retira y la UE se regirán por las reglas de la Organización Mundial del Comercio.

Los próximos días 12, 13 y 14 de marzo serán claves, ya que el día 12 a lo más tardar, la Cámara Baja del Reino Unido podría votar de nuevo el pacto alcanzado, y como muy tarde el 13 podrán votar sobre si están a favor de una retirada sin acuerdo, y el 14 de marzo podrían decidir si solicitan una prórroga del Brexit, que solo sería posible si los 27 la apoyan por unanimidad.

Máster en Dirección Económico-Financiera

La dirección financiera de las empresas españolas que mantengan relaciones comerciales con el Reino Unido, debe por lo tanto, estar preparada para cualquier escenario posible, siendo los siguientes, algunos de los puntos clave a tener en cuenta, en el caso de que finalmente el Reino Unido abandone la Unión Europea el próximo 29 de marzo:

  1. Incremento de los costes de las transacciones financieras. Los proveedores de servicios de pago establecidos en Reino Unido perderían el acceso directo a las infraestructuras centrales de pagos, como el sistema TARGET2 y el Single Euro Payments Area (SEPA), por lo que las empresas del Reino Unido que utilizan estos sistemas para procesar sus pagos, se enfrentarán a un encarecimiento de los costes de las transacciones financieras y a un mayor tiempo en la gestión de las transacciones en euros. Además se incrementaran los costes por el uso de tarjetas de crédito y débito en transacciones entre Reino Unido y la UE, algo que puede afectar también a los pagos por Internet.
  2. Cambio en la fiscalidad de las transacciones. Al pasar el Reino Unido a ser un país no miembro de la Unión Europea, las mercancías procedentes de este país tendrán la consideración de importaciones, de manera que la percepción del IVA tendrá lugar en el momento de la importación, es decir, cuando las mercancías entren en la Unión Europea, al realizarse la liquidación del impuesto en la declaración aduanera. Este IVA debe ingresarse en los plazos correspondientes, lo cual afectará a los flujos de tesorería de las empresas, aunque existe la posibilidad de que, en determinados casos, las cuotas del IVA de la importación se ingresen en la autoliquidación de IVA correspondiente al período en que se reciba el documento en el que conste la liquidación practicada por la Administración (IVA diferido). En lo relativo a las mercancías que sean transportadas desde el territorio de aplicación del IVA español (Península y Baleares) al Reino Unido serán exportaciones y estarán exentas de IVA. La declaración aduanera de exportación será uno de los medios de prueba admitidos a efectos de justificar dicha exención. 
  3. Riesgos operacionales. Estos riesgos, son como su propio nombre indica, los vinculados a la operativa propia del negocio, es decir, están vinculados con la ejecución de las actividades propias de la empresa, de manera que engloban una amplia variedad de riesgos, tales como: los relativos al personal, riesgo de inventarios, fraude, riesgo país, etc. En lo que respecta al personal, los trabajadores del Reino Unido en España y los españoles que trabajen en el Reino Unido dejarán de ser ciudadanos comunitarios, con todo lo que esto acarrea.
  4. Incremento de la burocracia administrativa. Las mercancías estarán sujetas a las formalidades, exigencias de seguridad, supervisión y control aduanero, que ahora se realizan con compañías de fuera de la UE. Además se aplicarán los aranceles correspondientes y  determinadas mercancías pueden sufrir restricciones e incluso prohibiciones. Es probable que las empresas tengan que reforzar sus plantillas, para la gestión burocrática de los trámites aduaneros.
  5. Riesgo de tipos de cambio o riesgo de la divisa. Este riesgo, está asociado a las variaciones en el tipo de cambio en el mercado de divisas. Las empresas que importen y exporten mercancías al Reino Unido, deben asegurar el tipo de cambio de sus transacciones, para cubrirse frente a las fluctuaciones del mercado. Para ello, pueden contratar seguros de cambio, u otro tipo de coberturas, como derivados o estructurados de divisas. En relación a los estructurados de divisas, existen diferentes tipos: acumulador simple/doble, forward plus, seguro de cambio extensible, seguro de cambio ajustable, seguro de cambio con barrera desactivarte, etc. Según el Banco de Inglaterra un 'Brexit' duro tumbaría la libra y dispararía la inflación.
  6. Cambio del marco regulatorio. Se pueden ver afectados contratos de diferente índole, que la dirección financiera tendrá que analizar, para ver hasta qué punto se pueden ver afectados.
  7. Gestión de las oportunidades y amenazas. El Brexit es un camino inexplorado que a buen seguro acarreara graves perjuicios a empresas y ciudadanos, por lo que anticiparse a las amenazas y saber gestionarlas para minimizarlas en la medida de lo posible, es uno de los retos a los que se enfrenta la dirección financiera de las empresas. Pero, no todo son amenazas, el Brexit también puede suponer oportunidades para determinadas empresas españolas, que sepan aprovecharlas.

Para todos aquellos que busquen especializarse el área económico-financiera de las empresas y afrontar con solvencia apasionantes retos como el Brexit, el Máster en Dirección Económico-Financiera del CEF, es la solución ideal para obtener una solida y práctica formación.

José Ramón Fernández de la Cigoña Fraga
Director Administrativo y Financiero (CFO)